lunes, 15 de diciembre de 2008

Este es otro mito inventado por José J. Veira, de 4º de ESO. Trata de otro fenómeno natural, el de los volcanes. Esperamos que os guste...

¿Por qué los volcanes expulsan lava?

Geatria, diosa de la hermosa tierra, estaba casada con Luciferio, dios de los infiernos.
Anteriormente, Geatria estuvo casada con el poderoso dios de los mares, Maritis, con el que tuvo una bella hija, a la que pusieron por nombre Aguira y la nombraron diosa del agua y Luciferio, traía de un matrimonio anterior a un hijo, llamado Fuegue, y el cual era dios del fuego.
Un día, en uno de los viajes al centro de la tierra para ver a sus respectivos padres, tuvieron una de sus múltiples discusiones por su mala compenetración.
Pasado un largo tiempo, en el que solo se oían gritos, Fuegue, a causa de su enfado, echó una terrible llamarada de fuego ardiente, pero Aguira, para evitar que se quemaran dentro de la gruta en la que se encontraban, tiro un grandioso chorro de agua para desviarlo, y así lo hizo. Abrió con éste un agujero en el techo de la cueva, por donde salió el fuego en forma de un espeso líquido, que se formó al mezclarse el fuego con el agua. Desde entonces este fluído se pasó a llamar lava y la montaña que se formó volcán.
Cada vez que se enfadan estos dioses se forma uno nuevo, por el cual se expulsa la lava hasta que dejan de discutir.

El fuego de Étines.

En 4º de ESO, estamos trabajando los mitos, en qué consisten y cómo nacen algunos de ellos. Cada uno debía inventarse uno acerca de los fenómenos de la naturaleza. El autor de éste es Pablo Largo, que trata sobre el fuego.

El fuego de Étines.
En Grecia vivía, hace ya mucho tiempo, un cazador llamado Étines. Un día el dios Selum le dijo que una bestia se había escapado del Sol, su reino, y si se negaba a cazarla, su aldea viviría a oscuras durante toda la eternidad, ya que escondería el Sol.
Étines comenzó a buscar a la bestia y encontró pisadas hirvientes y que emanaban luz cerca de una cueva. Él entró en la gruta y encontró a una gigantesca y deforme criatura roja. Étines arrojó su lanza directa al corazón de la extraña bestia, y ésta la atravesó desmembrándola en pequeñas llamas que prendieron la lanza. Étines recogió su lanza y, utilizando la luz y el calor que desprendía la llama, consiguió salir de la cueva y llegar a su aldea.
Étines escondió el fuego de Selum para que no se lo quitara y poder compartirlo con los habitantes de su aldea, pero Selum se dio cuenta y, como castigo, hizo que durante la mitad del día vivieran en penumbras y la otra mitad a la luz del Sol, ya que Étines cumplió su cometido.
Desde entonces los habitantes de su aldea utilizaron el fuego de Étines para alumbrarse durante la oscuridad.